El 66,5% de las personas preguntadas opina que lleva una alimentación saludable en buena medida (+38,5%), mientras que disminuye la población que declara que su alimentación es poco o nada saludable.
Esta tendencia puede ser un reflejo de los hábitos adoptados durante el confinamiento y la menor actividad de la hostelería en 2020. De hecho, el estudio Aegon evidencia una considerable reducción de un 58,77 % de personas que aluden al consumo habitual de alcohol como motivo para creer que no llevan una alimentación saludable.
Siete de cada diez españoles declaran que llevan una correcta alimentación porque comen a diario frutas y verduras y basan su dieta, principalmente, en alimentos frescos y poco procesados. El 67,70% también destaca que comer platos caseros y poco fuera de casa les ayuda a llevar a cabo una dieta equilibrada.
Más de la mitad de los encuestados piensa que no lleva una dieta del todo saludable porque no come suficientes frutas y verduras y un 37% lo achaca al consumo habitual de alimentos procesados. Además, casi dos de cada tres encuestados confiesan que picar entre horas tampoco les ayuda a conseguir una alimentación saludable.
Entre los productos que más evitan comprar los españoles cuando van al supermercado se encuentran los alimentos calóricos, con mucho azúcar y los ultraprocesados. A estos les siguen aquellos que contienen aceite de palma y aditivos, como connservantes o edulcorantes artificiales.
El estudio también destaca que los hogares con hijos en casa evitan menos alimentos que aquellos que no conviven con menores. Las familias monoparentales son los que evitan en menor medida los alimentos más calóricos, con aceite de palma o aditivos.
Los viudos son el grupo poblacional que más ultaprocesados y alimentos con aceite de palma evitan comprar. Todo lo contrario sucede con los solteros, que evitas estos productos por debajo del promedio.
El III Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegontambién evidencia un descenso de personas que han realizado alguna dieta en los úlitmos 12 meses. De hecho, uno de cada cinco españoles declara haberse sometido a algún régimen especial, lo que supone un 22% menos que el año anterior, cuando más de 25 % se puso a dieta.