En colaboración con científicos de la Escuela de Salud Pública de Harvard University y la Universidad de Navarra, el equipo investigador analizó muestras de sangre de 1.833 individuos con alto riesgo cardiovascular, procedentes del ensayo clínico PREDIMED. A partir de estas muestras, se evaluó el consumo de alimentos al inicio del estudio y, después de un año de seguimiento, en base a métodos estadísticos avanzados de aprendizaje automático (Machine learning), se identificó un patrón molecular del consumo de legumbres, concluyendo que la huella metabolómica en sangre estaba formada por 40 metabolitos, entre los que destacaban varias clases de lípidos.
En este sentido, la investigación también mostró que aquellos individuos que comían más legumbres, caracterizadas por su contenido en proteínas vegetales, fibra, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, también presentaban un patrón más alto de adherencia a la dieta mediterránea, con mayor consumo de lácteos, verduras y frutas y una menor ingesta de carne y cereales. Estos resultados "muestran la importancia que tiene el consumo de legumbres para la salud y, en especial, en la prevención de esta enfermedad", subrayan desde el equipo investigador. Además, los metabolitos identificados en el estudio "ayudan a comprender mejor las vías metabólicas relacionadas con su consumo y su posible implicación en la fisiopatología de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares", añaden. El trabajo se ha publicado en la revista científica 'Cardiovascular Diabetology' y ha sido encabezado por el investigador predoctoral Hernando J. Margara Escudero, bajo la dirección del equipo de investigación de la URV-IISPV formado por Indira Paz Graniel, Jesús García Gavilán, Nancy Babio y Jordi Salas-Salvadó, todos ellos miembros del CIBEROBN y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili.