Investigadores de Reino Unido y China descubrieron que 12 horas semanales era la cantidad óptima de lectura y que está vinculada a una mejor estructura cerebral, lo que podría ayudar a explicar los resultados del estudio publicado para la revista Psychological Medicine.
A diferencia de la comprensión auditiva y el lenguaje hablado, que se desarrollan con rapidez y facilidad en los niños pequeños, la lectura es una habilidad que se enseña y se adquiere mediante un aprendizaje explícito a lo largo del tiempo, lo que podría ser una actividad importante y agradable.
La infancia y la adolescencia es una época importante para establecer comportamientos que favorezcan nuestro desarrollo cognitivo y promuevan una buena salud cerebral, ya que es en esta etapa cuando nuestro cerebro se desarrolla. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro el impacto que tiene animar a los niños a leer desde una edad temprana en el desarrollo de su cerebro, su cognición y su salud mental en etapas posteriores.
Para investigarlo, fueron analizados los datos de la cohorteAdolescent Brain and Cognitive Development (ABCD)de Estados Unidos, que reclutó a más de 10.000 jóvenes adolescentes.
Se analizaron entrevistas clínicas, pruebas cognitivas, evaluaciones mentales y conductuales y escáneres cerebrales, y se comparó a los jóvenes que empezaron a leer por placer a una edad temprana con los que empezaron a hacerlo más tarde o no lo hicieron en absoluto. Se tuvo en cuenta en los análisis muchos factores importantes, como el nivel socioeconómico.
Algo menos de la mitad de los 10.243 participantes estudiados (48%), tenía poca experiencia en la lectura por placer o no empezó a hacerlo hasta más tarde en su infancia. La otra mitad restante había pasado entre tres y diez años leyendo por placer.
A partir de estos resultados, el equipo descubrió una estrecha relación entre la lectura por placer a una edad temprana y un rendimiento positivo en la adolescencia, a través de pruebas cognitivas que medían factores como el aprendizaje verbal, la memoria y el desarrollo del habla.
Además, estos niños también presentaban un mejor bienestar mental, evaluado mediante una serie de puntuaciones clínicas e informes de padres y profesores, y mostraban menos signos de estrés y depresión, así como una mejor atención y menos problemas de comportamiento, como agresividad e incumplimiento de normas.
Del mismo modo, estos niños que empezaron a leer por placer también tendieron a pasar menos tiempo frente a la pantalla de una televisión o un smartphone durante la semana y los fines de semana en su adolescencia, y tendieron a dormir más tiempo.
Los investigadores, al analizar los escáneres cerebrales de la cohorte de adolescentes, descubrieron que los participantes que habían empezado a leer por placer a una edad temprana mostraban áreas y volúmenes cerebrales totales moderadamente mayores, incluyendo, en particular, regiones cerebrales que desempeñan papeles críticos en las funciones cognitivas.
Las diferencias se presentaban en otras regiones cerebrales que anteriormente se había demostrado que estaban relacionadas con la mejora de la salud mental, el comportamiento y la atención. Y es que leer no es solo una experiencia placentera, pues está ampliamente aceptado que inspira el pensamiento y la creatividad, aumenta la empatía y reduce el estrés, además de mejorar su cognición, salud mental y estructura cerebral.
La cantidad óptima de lectura por placer en la infancia es de unas 12 horas semanales, como se ha comprobado, y es que, más allá de esto, no parece haber beneficios adicionales. De hecho, se produce una disminución gradual de la cognición que, según los investigadores, se debe a que pasan más tiempo sedentarios y menos en otras actividades que podrían ser enriquecedoras desde el punto de vista cognitivo, como los deportes y actividades sociales.
Por esta razón, los investigadores animan a los padres a que hagan todo lo posible por despertar el gusto por la lectura en sus hijos a una edad temprana porque, si lo hacen bien, no solo les proporcionarán placer y diversión, sino que también contribuirán a su desarrollo, fomentando su hábito de lectura a largo plazo.