La Encuesta Nacional sobre Salud Infantil del CS Mott Children's Hospital de la Universidad de Michigan Health, Estados Unidos, se realizó a 1083 padrescon niños de entre tres y diez años.
En el informé se reveló que tres de cada cinco padres personaliza las comidas de sus hijos si al niño no le gusta lo que come el resto, mientras que aquellos que obligan a sus hijos a comerse todo lo que hay en le plato son uno de cada ocho padres. También se les encuestó sobre si creían que la dieta estándar estadounidense era sana, y solo uno de cada tres encuestados respondió afirmativamente. Sin embargo, son pocos los padres que prueban otros menús alternativos más nutritivos.
La alimentación de los niños es algo que generalmente preocupa a los padres, el saber si comen lo suficiente, o si reciben los nutrientes suficientes, pero esto en ocasiones genera que se saboteen en sus esfuerzos por implantar hábitos saludables en los niños, así lo explica Susan Woolford, codirectora y pediatra de Mott Poll.
Posibles fallos
El 15% de los padres obliga a sus hijos a comerse todo lo que hay en el plato y otros no les dan el postre a los niños si la comida queda sin terminar (menos de un tercio), pero ambas situaciones pueden no ser beneficiosas para el niño, la doctora Woolford explica que en estas situaciones pueden llevar a la ingesta excesiva de alimentos para el niño, sobre todo, si las raciones no son las adecuadas, porque se les obliga a comer más allá de la sensación de saciedad.
Una opción que Woolford considera buena consiste en implementar en las familias el mensaje de "los padres aportan y el niño decide". Esto da la responsabilidad a los padres de proporcionar opciones saludables y a los niños la capacidad de decidir qué y cuánto comen. Cree que es importante incluir a los niños en las decisiones y no presionarlos en la ingesta de alimentos. Pero esto no implica que se deba hacer un menú alternativo al gusto del niño como hacen el 70% de los padres, porque provocará que el niño mantenga una dieta que no es saludable.
La doctora explica que lo que sería una buena opción ofrecer al niño una comida equilibrada con al menos una opción que el niño suela querer comer. En el caso de que decidan no comer será más probable que se coman las opciones de la siguiente comida y no generaría daños a un niño sano.
Varios de los padres encuestados afirman que han probado varias estrategias para incluir alimentos como la verdura en la dieta de sus hijos tales como: servirles verduras todos los días, prepararlas como el niño prefiera o incluso involucrarles en la preparación de los alimentos.
Mayores desafíos
Los padres ha afirmado que entre los mayores desafíos para implementar una alimentación saludable en sus hijos está el problema de los niños quisquillosos con la comida, que rechazan alimentos como las verduras.
Otros de los retos que afirman que tienen son el precio más elevado que tienen los alimentos más saludables y el desperdicio de comida, mientras que otros pocos afirman no tener tiempo para la elaboración de alimentos saludables.
Woolford señala que los niños aprenden por imitación, por lo que si los padres llevan a cabo una alimentación saludable y equilibrada los niños acabarán madurando sus gustos alimentarios y sus preferencias.
Otro de los retos a los que se enfrentan los padres es a dar la proporción adecuada de alimento a los niños, lo cual es importante para evitar la obesidad infantil. El 70% de los padres les dan una cantidad un poco menor que a los adultos. El resto de los padres o dejan elegir a su hijo la cantidad a consumir, o se guían por porciones predeterminadas en los paquetes de los alimentos o les ofrecen la misma cantidad que a los adultos.