El consumo de frutos secos se ha limitado durante muchos años por su alto valor calórico. Sin embargo, en las últimas décadas, importantes estudios han sugerido que, pese a su alto contenido en grasa, no afectan de forma negativa al peso corporal. El consumo de estos frutos secos no afecta negativamente ni al peso corporal ni a la presión arterial. De hecho, pueden combatir el colesterol.
Además, cuentan con nutrientes que tienen altas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.