Añadir miel a nuestra dieta derivará en toda clase de beneficios para nuestra salud. De hecho, este dulce producto es la mejor opción si queremos suavizar la acidez de otros alimentos como fruta, yogures, o si queremos añadir un toque de su característico sabor a un vaso de leche.
Si queremos exprimir todas las propiedades saludables de este ingrediente, no obstante, la mejor forma se encuentra en optar por un producto natural, antes que por uno industrial. En este caso, dependiendo de su elaboración, así como de la variedad floral de la que se haya extraído, podremos encontrar miel en la que prevalezcan distintos nutrientes. Por una parte, pueden destacar vitaminas como B1, B2, B3, B5 o C; aminoácidos esenciales y ácidos orgánicos, así como minerales.
Pero además de estas ventajas para nuestra salud, la miel puede ser también la clave para combatir catarros, resfriados, laringitis, o para aliviar enfermedades como el asma, la bronquitis o la anemia. Por otro lado, este ingrediente de origen natural cuenta con diversos estudios que afirmaría que ayuda a aminorar los efectos de las alergias y es capaz de eliminar a bacterias causantes de infecciones.
De esta forma, la miel se convierte en el ingrediente perfecto para un uso diario. Ya sea porque queramos endulzar nuestros platos, porque busquemos frenar los efectos de distintas patologías, o porque queramos reducir el riesgo de resfriados o infecciones.