El estudio, publicado en 'The American Journal of Clinical Nutrition', revela que estos cambios en el estilo de vida pueden influir modulando la composición bacteriana del colon y de los metabolitos que se producen. Según detallan desde el CIBER, la investigación se basó en comparar la eficacia de dos intervenciones sobre el estilo de vida en 400 participantes del estudio PREDIMED-Plus: la pérdida de peso mediante dieta mediterránea hipocalórica y la promoción de la actividad física, y la cardiovascular.
Dieta mediterránea sin el objetivo de perder peso
De esta manera, se recopilaron, al inicio del estudio y después de un año de seguimiento, datos de los participantes acerca de la dieta y el estilo de vida, diferentes factores de riesgo cardiovascular (peso, presión arterial, marcadores del estado glucídico...) y muestras de heces. Los resultados revelaron que el primer grupo experimentó una pérdida de peso significativa y mejoras en varios factores de riesgo cardiovascular en comparación con el segundo.
Aplicando las ciencias ómicas y técnicas de bioinformática, se identificaron cambios en el metaboloma (el conjunto de los metabolitos) en las heces y la microbiota intestinal (el conjunto de las bacterias), asociados con la intervención, incluyendo efectos en metabolitos relacionados con ácidos biliares, diferentes especias lipídicas, nucleótidos y metabolitos del ciclo de Krebs. Así, según el coordinador de la Unidad de Nutrición Humana de la URV y jefe de grupo del CIBEROBN, Jordi Salas-Salvadó, "el estudio abre puertas para el establecimiento de nuevas estrategias encaminadas a modificar la flora intestinal y su metabolismo con el fin de mitigar las alteraciones metabólicas de personas con alto riesgo cardiovascular".