Desayunar es algo esencial para cualquier persona. Por una parte, se trata del primer alimento que tomamos después de haber pasado varias horas de sueño sin ingerir nada. Pero por otra, se trata del combustible encargado de ayudarnos a empezar el día.
Por ello, aunque en algunos casos se pueden escuchar recomendaciones sobre entrenar sin haber desayunado, la opción más saludable se encuentra en tomar cualquier alimento que no se nos haga pesado, y que no sea demasiado graso, antes de realizar cualquier ejercicio por las mañanas.
A este respecto, muchos expertos hablan de las ventajas de ejercitarnos a primera hora, ya que de esta forma se mejora nuestra capacidad de oxigenación y se acelera nuestro metabolismo. Una serie de beneficios que nos permitirán rendir de mejor forma durante el resto del día, estar mucho más activos y posibilitarán una quema calórica mucho mayor que la general.
En un escenario ideal, se recomienda desayunar al menos dos horas antes de comenzar con los ejercicios de entrenamiento. Sin embargo, comenzar el día tomando cualquier tipo de alimentos ligeros, y unos 30 minutos antes de entrenar, nos ayudará a desarrollar un entrenamiento de mayor calidad.
Al desayunar antes de entrenar tendrás mucha más energía que en ayunas, podrás alargar mucho más la actividad física; lo que repercutirá en mejores resultados, quemarás más calorías y, de esta manera, reducirás el riesgo de sufrir una bajada de azúcar.