Hasta ahora, al comprar cualquier tipo de pan, podían producirse bastantes confusiones debido al etiquetado permitido. Una situación que, a través de la nueva normativa, se ha vuelto mucho más estricta y que para evitar malentendidos, o que se adquiera un producto que pueda no ser el deseado, se basa en distintas exigencias.
Por ejemplo, a partir del 1 de julio, día en que han entrado en vigor las nuevas normas con respecto a este producto, tan solo el pan que esté hecho en su totalidad con harina integral, podrá calificarse como tal. En caso contrario, si para su elaboración se ha usado tanto harina de trigo como de centeno, el etiquetado deberá especificar el porcentaje que se haya usado de cada una.
Elena Pérez, fundadora de Futurlife21, recuerda también la importancia de estas nuevas normas para asegurar la calidad del pan. Puesto que a partir de la entrada en vigor de estas nuevas normas tendremos que acostumbrarnos a un tipo distinto de pan, que si bien será más sano y natural, también será algo distinto a las barras y demás productos de pan que estábamos acostumbrados a tomar.