Esta conclusión se suma a la evidencia de estudios previos que han mostrado una relación entre los ácidos grasos omega 3, presentes en muchos tipos de pescado, el sueño y la capacidad intelectual. Pero antes no se habían analizado estos tres factores a la vez.
En esta ocasión se ha tenido en cuenta la alimentación de 541 niños entre 9 y 11 años de China que cumplimentaron un formulario sobre la frecuencia con la que h abían comido pesacado en el último mes. Además, se sometieron a la versión china de la escala Wechsler, que se utiliza para medir el cociente intelectual.
Posteriormente, sus padres respondieron a algunas preguntas relacionadas con la calidad de sueño. Los investigadores también tuvieron en cuenta el nivel educativo de los progenitores, su ocupación laboral, el estado civil y el número de hijos en el hogar.
Tras analizar de forma conjunta todos los datos, los investigadores descubrieron que los menores que decían comer pescado todas las semanas obtuvieron 4,8 puntos más en su cociente intelectual, en comparación con los pequeños que lo comían raras veces o nunca. Los niños que comían pesacado a veces presentaban 3,3 puntos de diferencia.
Además de lo anterior, el mayor consumo de pescado se relacionó con una mejor calidad del sueño.
Ante este hallazgo, los autores insisten en la necesidad de iniciar a los niños en el consumo de este alimento, incluso antes de cumplir el primer año de vida, siempre que no tenga raspas y se corte en trozos pequeños.