Ciertas dietas restrictivas pueden ocasionar inflamación intestinal, lo que dificulta la movilización de la grasa corporal. El primer paso es probar con una alimentación antiinflamatoria, y si resulta eficaz, podría ser suficiente. Si los síntomas persisten, podría tratarse de una bacteria o algún alimento problemático.
La inflamación crónica y sus consecuencias
La inflamación protege nuestro cuerpo, pero cuando se vuelve crónica puede causar problemas de salud graves, como depresión, migrañas, ansiedad y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y la fibromialgia, debido a la estrecha relación entre el intestino y el cerebro. La inflamación crónica está en aumento debido a varios factores, como una alimentación inadecuada, falta de ejercicio y exposición solar insuficiente.
La importancia de una alimentación antiinflamatoria
La atención a la dieta puede mejorar significativamente nuestra salud. El azúcar, especialmente en productos procesados, los edulcorantes y aceites vegetales (excepto el aceite de oliva virgen extra), son proinflamatorios. Por otro lado, las grasas saludables, como las de los frutos secos, el aceite de oliva virgen extra y el aguacate, son fundamentales. Se recomienda evitar la grasa láctea de vaca y optar por la de cabra u oveja debido a posibles problemas de inflamación por la caseína.
Descanso metabólico y otros hábitos
Es importante establecer descansos metabólicos de doce horas entre la cena y el desayuno para permitir que el cuerpo realice una limpieza y descanse los órganos digestivos y desintoxicadores, como el hígado. Además, una dieta equilibrada que incluya carnes, pescados, huevos y legumbres es crucial para perder peso y mantener la masa muscular.
Otros consejos para una salud óptima
Comer con calma, masticar bien, y evitar beber mucha agua durante las comidas para mantener la eficacia del ácido estomacal. La exposición al sol para equilibrar los niveles de vitamina D es esencial, al igual que mantener un buen descanso de siete u ocho horas diarias y realizar ejercicio físico regularmente, combinando fuerza y cardio. Gestionar el estrés también es crucial, ya que puede desencadenar inflamación y generar más estrés.