El 21 de junio se celebra el Día Mundial del Yoga. Esta práctica milenaria nace en el antiguo Oriente, de una técnica tradicional india que, a través de la meditación, pretende fomentar el equilibrio físico y mental. A pesar de contar con cientos de años a sus espaldas, no es hasta los años 60, cuando el yoga abandona Oriente y empieza a practicarse en otras partes del mundo.
Esta práctica, que busca en la meditación y en la relajación, la mejor manera de encontrar la paz y mejorar la salud, se centra en unos pocos preceptos como la relajación, la respiración, los ejercicios, enfocados en las diferentes posturas, y, por último, la meditación.
Pilar Aizpurua, fundadora y directora de Personal Yoga Studio, nos ofrece algunos consejos para mejorar nuestra práctica en lo que respecta a los distintos ejercicios o “asanas” propios del yoga. Una serie de posturas muy sencillas, perfectas para realizar por cualquier persona, aunque no cuente con una preparación previa o no esté acostumbrada a hacer deporte a diario.
Además de sus múltiples ventajas a la hora de eliminar el estrés o de fomentar la relajación, diversos estudios concluyen en que el yoga cuenta con una amplia variedad de beneficios. En concreto, realizar durante al menos dos minutos diversas posturas típicas de esta práctica, deriva en un sentimiento de mejora en autoestima y en energía, que podría venir motivado por la activación de ciertas terminaciones nerviosas, impulsadas por este tipo de actividades.
En concreto, las rutinas de yoga son las responsables de activar el nervio neumogástrico, o nervio vago, responsable de poner en funcionamiento diversas áreas de nuestro cuerpo que funcionan de forma inconsciente, como los aparatos digestivo, circulatorio o respiratorio.
Aparte de estas mejoras, el yoga también es una gran fuente de ayuda para reducir el riesgo de sufrir diversas enfermedades, así como para fomentar cierto grado de mejora, al menos emocional y mental, en casos de enfermedad arterial coronaria y cáncer de mama. Además, los ejercicios de yoga son capaces de reducir el dolor crónico, en lo que respecta también al asma, diabetes o linfoma.