Varias universidades e institutos norteamericanos se han unido en una investigación común, publicada en la revista Circulation y aprobada por la Asociación Americana del Corazón para estudiar las consecuencias que podría tener la carne roja en la salud, en contraposición a otro tipo de alimentos.
Para el estudio se han analizado las dietas de un total de 1.803 participantes divididos en varios grupos, entre aquellos que se centraron en una alimentación rica en carnes rojas y aquellos que vieron este consumo sustituido por otro tipo de ingredientes; desde carnes blancas o pescado, hasta distintos tipos de productos vegetales.
En un principio, los investigadores no observaron apenas variación en los resultados originados por estos 36 estudios, entre el consumo de carne roja, y el resto de dietas. No obstante, mientras que el colesterol total, las lipoproteínas o la presión arterial no mostraban diferencias demasiado notables, no ocurría lo mismo al centrarse únicamente en resultados concretos por comparación.
Es decir, las dietas basadas en fuentes de proteínas vegetales de alta calidad, en contraposición con otras ricas en carne, mostraban un descenso en las fuentes de colesterol totales. Tanto en lipoproteínas de baja, como de alta densidad; también conocidas como colesterol “malo” y colesterol “bueno”.
De esta forma, como explicaban los responsables de esta investigación, la pregunta no debería ser si tomar carne roja es bueno o malo para la salud. Si no, si es más beneficioso este consumo en contraposición a otro tipo de dietas o alimentos. “Si sustituyes las hamburguesas por galletas o productos fritos, no mejorarás tu salud. En cambio, si sustituyes la carne roja por fuentes de proteínas vegetales, como nueces o judías, recibirás un beneficio en tu salud.”