Los gobiernos envían a representantes a las reuniones climáticas con la esperanza de establecer un consenso sobre la reducción de las emisiones de carbono, como pasó con el Acuerdo de París, mientras que los ciudadanos del mundo debaten la realidad actual del calentamiento global y sobre qué se debe hacer al respecto. Sin embargo, el planeta continúa experimentando cambios y sigue calentándose.
Los científicos alertan de la necesidad de limitar las emisiones de carbono cuanto antes. Por ello, ya investigan determinadas opciones artificiales que puedan prevenir el calentamiento global, como es la inyección de aerosoles en la atmósfera. De esta forma se pretende imitar el enfriamiento que ocurre cuando los volcanes entran en erupción y emiten una gran cantidad de azufre, aunque hacerlo de forma errónea podría llevar a un calentamiento mayor. Y es que implicaría replicar una erupción del tamaño del Monte Pinatubo todos los días durante el próximo siglo y medio.
Es por esto que, a pesar de ser una propuesta interesante y que ya demuestra los primeros resultados, muchos ecologistas y científicos se posicionan en contra porque piensan que, de esta manera, los investigadores que intentan salvar el planeta, podrían terminar destruyéndolo.