El informe del estado del clima de 2024 de la OMM señala que cerca del 90 % del calor atrapado por los gases de efecto invernadero es absorbido por los océanos, lo que provoca su expansión térmica y eleva el nivel del mar. A ello se suma el deshielo de los glaciares y del hielo marino. Como resultado, la tasa de aumento del nivel marino ha pasado de 2,1 milímetros anuales en el período 1993-2002 a 4,7 mm por año entre 2015 y 2024.
Sobre las consecuencias irreversibles y amenazas a las zonas costeras, advierte que los efectos del calentamiento de los océanos y la subida del nivel del mar serán irreversibles durante cientos, si no miles, de años. Esta situación amenaza a millones de personas que viven en zonas costeras de baja elevación, incrementando el riesgo de inundaciones y la salinización de fuentes de agua dulce subterráneas.
Además, por primera vez, la temperatura media global ha superado en más de 1,5°C los niveles preindustriales, alcanzando los 1,55°C en 2024. No obstante, la OMM aclara que esto no significa un incumplimiento inmediato del Acuerdo de París, debido a que dicho límite se evalúa a largo plazo.
También, destaca el impacto en los océanos y la criosfera, como consecuencia del aumento de la temperatura del océano, que alcanzó su nivel más alto en 65 años de registros y su tasa de calentamiento en las últimas dos décadas es más del doble que entre 1960 y 2005. Este fenómeno deteriora los ecosistemas marinos, reduce la biodiversidad y limita la capacidad del océano para absorber carbono. Además, alimenta tormentas tropicales y acelera la pérdida de hielo marino y glaciares.
En 2024, se registraron las extensiones mínimas de hielo marino del Ártico más bajas en 18 años consecutivos, mientras que en la Antártida la extensión de hielo se mantuvo por tercer año por debajo de los dos millones de kilómetros cuadrados.
En cuanto a los eventos climáticos extremos y crisis globales, la OMM señala que el aumento de la temperatura global ha intensificado fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, ciclones tropicales, inundaciones e incendios forestales. En 2024, estos eventos provocaron el mayor número de desplazamientos forzados desde 2008 y agravaron crisis alimentarias en al menos 18 países.
Ante este panorama, la OMM subraya la necesidad de fortalecer los sistemas de alerta temprana y mejorar la resiliencia de las poblaciones vulnerables, mientras la comunidad científica advierte que la crisis climática continuará afectando los océanos, la biodiversidad y los patrones meteorológicos a nivel global.
