Un total de 20 de las 49 víctimas (el 40,8 %) habían presentado denuncia previa; de esas 20, 14 mantenían la convivencia con sus agresores en el momento de los hechos. Dos menores de edad, un niño y una niña, engrosan la lista de víctimas mortales de la violencia machista en 2022. Otros 37 quedaron huérfanos a lo largo del año, Durante el mismo periodo, se registraron tres casos de violencia doméstica íntima en los que dos hombres y una mujer fueron asesinados por sus parejas o exparejas, todas ellas mujeres. Ninguna de las tres parejas tenía hijos y sólo una de las víctimas había denunciado previamente a su agresora. Estos y otros datos están recogidos en el ‘Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o expareja durante 2022’, hecho público hoy por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
El estudio, realizado a partir de información extraída de los procedimientos judiciales, tiene como finalidad ahondar en el conocimiento de este tipo de violencia a través de las circunstancias específicas de cada caso, detectar posibles espacios ciegos en la respuesta institucional y proponer las mejoras necesarias. El objeto de análisis se limita necesariamente al ámbito de la pareja o expareja, sin entrar en el estudio de otras manifestaciones de violencia sobre la mujer que se recogen en el Convenio de Estambul y en el Pacto de Estado de 2017 y que suponen una ampliación del concepto de violencia de género que la legislación española no ha incorporado aún. Respecto a la violencia doméstica íntima, el informe señala que, pese a las enormes diferencias que la separan de la violencia de género, tanto cuantitativas (tres víctimas frente a 49) como cualitativas (tipificación delictiva, existencia de delitos conexos, presencia de menores testigos o existencia de la llamada violencia de respuesta).
Protección a las víctimas
El año 2022 se cerró con el mismo número de víctimas mortales de la violencia de género que 2021: 49. Un número que pese a ser el más bajo de la serie histórica y pese a arrojar una tasa de feminicidios por cada millón de mujeres de 2,36, también la más baja desde que existen estadísticas, ha merecido por el Observatorio una valoración hecha desde la cautela y desde la convicción de que es una cifra intolerable de asesinatos machistas y que, por tanto, justifica el pleno mantenimiento y la vocación de perfeccionamiento de las políticas públicas de protección a las víctimas de la violencia de género.
Durante el año analizado, sólo cinco Comunidades Autónomas no registraron feminicidios: Asturias, Cantabria, Baleares, Galicia y La Rioja. La más castigada, con una tasa de feminicidios por cada millón de mujeres de más de 15 años del 8,08 fue Castilla-La Mancha. Por provincias, fue en Madrid (7), Barcelona (5) y Sevilla (4) donde se produjeron un mayor número de asesinatos machistas. El perfil de las víctimas que puede extraerse de los datos contenidos en los procedimientos judiciales muestra la diversidad que caracteriza este fenómeno criminal, que no distingue por nacionalidad, grupo étnico o clase social, ni por nivel de estudios o edad.
Entre 20 y 45 años
La media de edad de las mujeres asesinadas en 2022 fue de 44,6 años, una cifra muy similar a la del año anterior (44,3). La más joven tenía 17 años y la de más edad, 88. Como en años anteriores, casi la mitad de las mujeres asesinadas (42,8 %) tenían entre 26 y 45 años, pese a que esa franja de edad representa menos de un tercio de la población de mujeres mayores de 25 años. El 67,3 % de las mujeres asesinadas en 2022 eran españolas. El porcentaje de víctimas de otras nacionalidades (32,7 %) es inferior al de la serie histórica 2003-2022, que es del 34,9 %. En cinco de los 49 casos analizados, la agresión se extendió a otras personas cercanas a la mujer asesinada, lo que causó 6 víctimas mortales más.
En el domicilio
El domicilio, común o de uno de los miembros o exmiembros de la pareja, volvió a ser el principal escenario de los crímenes machistas. El 76,6 % de los casos tuvieron lugar en el interior de un domicilio, un porcentaje muy similar al de la serie histórica, que se sitúa en el 75,6 por ciento. A mucha distancia, el segundo escenario con mayor número de casos fue el lugar de trabajo (7 %) seguido por las zonas exteriores del domicilio, la vía pública y los parajes o espacios abiertos (4 % en cada uno de ellos), el vehículo (2 %) y otros emplazamientos (2%). El método utilizado con más frecuencia para cometer el crimen fue el arma blanca (65,2 %), seguido por la asfixia o estrangulamiento (15 %), el arma de fuego (8,7 %) y los golpes, con o sin objetos (6,5 %), entre otros.
El 61% de los crímenes cometidos con arma de fuego terminó con el suicidio del agresor, circunstancia que se reduce hasta el 16 % de los casos cuando el crimen se comete utilizando otros medios. El peor mes de 2022 fue diciembre, durante el que se produjeron dos de cada diez asesinatos machistas (21,3 %). En la serie histórica, es julio el mes que concentra un mayor número de casos, con el 11,3 %. El perfil del agresor, como ocurre con el de las víctimas, se puede dibujar sólo a partir de la información que contienen los expedientes judiciales, que no es suficiente para hacer una descripción que incluya circunstancias socioeconómicas o elementos psico-patológicos que permitieran definir con mayor exactitud patrones de comportamiento o elementos de la relación, potencialmente desencadenantes de la violencia.
Agresor suicida
En más de la mitad de los casos (55,1 %), el agresor resultó detenido tras cometer el crimen y en uno de cada cinco (el 22,4 %), se suicidó. El victimario se entregó en un 16,3 % de los crímenes: el cinco ocasiones se entregó después de huir y en otras 12 tras ocultarse o negar los hechos. En 2022, los agresores que se suicidaron tenían una edad media de 50,3 años y en el 63,6 % de los casos, mantenían un vínculo matrimonial con la víctima. El 81 % de ellos tenían nacionalidad española. En 2022, cuatro de cada diez víctimas mortales (el 40,8 %) había denunciado a su agresor con anterioridad a la comisión del crimen; catorce de ellas (el 70 %) mantenía la convivencia con el agresor en el momento de los hechos.
El porcentaje de denuncias previas de 2022 es el más alto de toda la serie histórica, que arroja un promedio de 25,5 % de casos con denuncia previa. La cantidad anual de denuncias previas es muy variable, por lo que las cifras muestran marcadas oscilaciones interanuales. En cinco de los 49 casos (10,2 %) existía una medida de alejamiento en vigor; en todos ellos, el crimen se cometió en el domicilio de la víctima.