Como afirma Carmen Martínez, delegada del Gobierno contra la violencia de género, estos puntos están diseñados para "asesorar, prevenir y actuar" ante cualquier situación de violencia contra las mujeres, proporcionando un espacio seguro y de apoyo.
La ubicación de estos puntos es crucial para su efectividad. Martínez ha recomendado que se sitúen en lugares alejados del ruido, pero que sean accesibles y visibles, facilitando así su disponibilidad para cualquier persona que necesite ayuda. Además, es esencial que estos puntos cuenten con al menos dos mujeres profesionales especializadas en violencia machista, capaces de ofrecer un apoyo adecuado y de redirigir a las víctimas hacia las fuerzas y cuerpos de seguridad, servicios sanitarios, o a otros recursos especializados disponibles.
Los puntos violeta no solo sirven como un primer contacto para quienes puedan estar en situaciones de riesgo, sino que también actúan como centros de información sobre los recursos y opciones a disposición de las mujeres que enfrentan violencia de género, brindando una red de apoyo en momentos críticos.