'Impacto de la violencia de género y de la violencia sexual contra las mujeres en España (II): una valoración de sus costes en 2022', promovido por la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género, estima los costes directos e indirectos tangibles y, parcialmente, los intangibles, con los objetivos de calcular la cuantía que representa no atajar la violencia de género, así como estimar las ganancias que se derivarían de una reducción de los niveles de violencia, a través de dos metodologías.
En cuanto a los costes tangibles, se agrupan en cuatro grandes categorías o itinerarios: laboral-productivo, sanitario, legal-policial y otros. En cada uno de estos cuatro apartados, identifican a los distintos colectivos o agentes afectados: víctimas, familiares y allegados, sector público, empleadores y organizaciones del tercer sector. El estudio es la segunda parte de 'El impacto de violencia de género en España: una valoración de sus costes en 2016', cuando se cifró en 1.281 millones anuales. En este caso, la UAH relató que esta era la estimación "más conservadora" derivada fundamentalmente de la violencia física y/o sexual que suponía el 0,11% del PIB anual. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez, ha explicado que este segundo estudio aporta ciertos extras y ciertas mejoras. En primer lugar, amplía el objeto de estudio. No solo se define a violencias de género, sino que también se amplía a violencias sexuales fuera de la pareja.
En segundo lugar, enriquece las metodologías y, además, "afina en los resultados", ha asegurado Asimismo, Martínez ha expuesto que resulta muy importante la valoración de estos costes, así como de que se valoren otras cuestiones que normalmente no se atienden. "Es importante que tomemos conciencia del dolor que se causa", ha apuntado. "Tenemos que emplearnos a fondo para afinar, para conseguir entender esta situación y para trasladar a la sociedad que está significando las violencias machistas para todos y para todas", ha indicado.
Por su parte, la profesora titular de Economía Aplicada en la Universidad de Alcalá e investigadora del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social, Elena Mañas, ha señalado en la presentación del estudio que los impactos se traducen, según los casos, en desembolsos, en pagos que se realizan por el uso de los servicios y los bienes que se necesitan por parte de las víctimas y de cualquier tipo de persona o organización privada o pública que tenga vinculación con esas situaciones. También pueden provenir de las renuncias que las propias violencias contra las mujeres incorporan o suponen. Respecto a las fuentes utilizadas en el estudio, Mañas ha recalcado que la clara protagonista de prácticamente todas las estimaciones es la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, elaborada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Asimismo, la profesora titular Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá y subdirectora del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social, María Gallo, ha explicado que la mayor parte de los costes que han supuesto la violencia de género y la violencia sexual proceden de la violencia de género, de la violencia en el ámbito de las relaciones de pareja, alrededor del 83% del total.
El 85% de los costes lo soporta el sector público
También ha expuesto que, tras aplicar la metodología 1 que, sólo considera la violencia de género, se ha obtenido que los costes económicos ascienden a 3.015 millones de euros al año, lo que supone un 0,23% del PIB, 64 euros por persona. Además, Gallo ha añadido que clasificados los costes tangibles directos de la violencia de género por tipos de agentes, se obtiene que los costes de la violencia de género se soportan en mayor medida por el sector público (85%), seguido por los costes que tienen que soportar las mujeres víctimas de violencia de género (8,2%) y por los empleadores (5%). "Conocer y comprender la naturaleza de estos impactos y sus costes es fundamental para comprender hasta cierto punto la magnitud de dichas violencias en términos económicos, para comprender su alcance y tomarlas en consideración al momento de establecer prioridades y asignar recursos para mejorar el bienestar de la sociedad y en tercer lugar para invertir en políticas de prevención", ha asegurado.
En cuanto a la estimación de los costes intangibles de ambas formas de violencia, las investigadoras han indicado que existe una horquilla que va de los 5.000 a los 8.000 millones de euros al año. Estos, según han apuntado, no se han agregado al valor estimado de los costes tangibles directos de dichas violencias. "Estos costes incluyen, por un lado, la estimación del dolor y sufrimiento de las mujeres y sus hogares, así como las pérdidas de ingreso debido a las muertes prematuras de las mujeres víctimas de violencia de género pero también de los agresores víctimas mortales", ha agregado Gallo.