Mantenernos siempre hidratados es la única forma de evitar todo tipo de problemas y enfermedades. Sobre todo, es esencial a la hora de prevenir lesiones, golpes de calor o retención de líquidos. Además, una buena hidratación ayudará a nuestro cuerpo a diluir todo tipo de sustancias, como por ejemplo, sales minerales; así como a mejorar nuestro sistema inmunitario.
Si estás hidratado te recuperarás mejor tras hacer ejercicio y notarás una mayor concentración y bienestar en general.
Para no sufrir deshidratación en ningún momento, lo más recomendable es beber dos litros de agua al día. Pero esta cantidad puede variar dependiendo de diversos factores como la edad, el calor que pueda hacer, si vamos a realizar alguna actividad física, etcétera.
Para evitar la pérdida de fluidos, sobre todo a través de la sudoración, los expertos aconsejan beber, incluso aunque no se tenga sed. Y en casos de actividades físicas, ya sea un ejercicio más o menos moderado, tenemos que mantenernos bien hidratados, antes, durante y después de ejercitarnos.
En cuanto a los mayores, para lograr una correcta hidratación, deben evitar el consumo de bebidas alcohólicas o con cafeína, así como tomar demasiada sal en las comidas, ya que estas sustancias ejercen un efecto contrario, y pueden llegar a provocar problemas de salud.