Como padres y madres somos responsables de que nuestros hijos disfruten de la Navidad sin que su salud se resienta y, para ello, nuestro ejemplo es fundamental. Debemos ser conscientes de que los malos hábitos alimenticios de los adultos durante las fiestas tienen efectos en los más pequeños de la casa.
El primer paso para que nuestros hijos vivan unas navidades saludables es reducir al máximo la presencia de alimentos ricos en azúcares y grasas en casa. Para conseguirlo, es clave planificar la compra y diseñar menús que, además de sabrosos y apetecibles para todos, también sean saludables.
Los platos basados en pescados y mariscos con una guarnición de verduras cumplen con estas características.
El segundo paso es animar a los más pequeños a que sigan practicandoejercicio físico, porque en estas fechas es común que todos interrumpamos la rutina. Por ello, es recomendable aprovechar para hacer alguna actividad o deporte al aire libre con nuestros hijos o sobrinos.
Otro punto a tener en cuenta es la importancia de la fruta, que puede formar parte de los entrantes y de postres más saludables. También es importante que nos aseguremos de que los peques no se saltan ninguna comida o snack. Otra recomendación de los expertos es evitar las pantallas en la mesa.
Por último, es importante mantener unacalidad y horario de sueño. Es muy importante que, en la medida de lo posible, mantengamoshorarios y rutinas.