A partir de los 20 años, es crucial adoptar una rutina de cuidado de la piel independientemente del género. Recientemente, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ha alertado acerca de la nueva moda entre niñas propiciada por las redes sociales de tratarse la piel mediante productos destinados a consumidoras más mayores y que pueden perjudicar las pieles que aún son demasiado jóvenes y no necesitan de esos cuidados.
Cuando somos niños, el cuidado de la piel debe estar orientado a productos suaves y protectores, que incluyen fórmulas hipoalergénicas sin fragancias. Es importante que los pequeños usen protectores solares específicos para niños (que no contengan filtros solares con componentes químicos alergénicos).
Adolescencia y acné
En la adolescencia es frecuente enfrentarse al acné debido a los cambios hormonales, por ello es esencial mantener una buena rutina de higiene facial. Es importante usar productos no comedogénicos y evitar manipular los granos para prevenir futuras inflamaciones, alteraciones, pigmentación y cicatrices. En cuanto a la limpieza de estas zonas, los expertos indican que los productos de limpieza de la piel suaves son los más recomendados. Algunas opciones que pueden dar buenos resultados son los tratamientos tópicos como: ácido salicílico, peróxido de benzoílo u otros recomendados por el dermatólogo.
Es recomendable utilizar productos enfocados en la prevención e hidratación, pero no debemos olvidar la importancia de la crema de sol. Usar protección solar diariamente después de la limpieza facial y productos antienvejecimiento como los retinoides y los antioxidantes es bueno para el aspecto de la piel.
De los 30 a los 40 años
En estas edades es importante el uso de productos antioxidantes como los sérums de vitamina C, E, ácido ferúlico, ácido hialurónico y retinoides, al igual que es importante mantener una dieta saludable, evitar el tabaco y la exposición al sol. Una rutina constante en este sentido puede prevenir los signos de envejecimiento prematuro y ayudar a mantener una piel hidratada, protegida del sol y con una producción adecuada de colágeno.
De los 40 a los 50
En estas edades pueden aparecer arrugas más profundas, la piel se vuelve más delgada, más seca y menos elástica. Puede ser común la aparición de lentigos solares o actínicos y la pérdida de firmeza debido a la disminución de la producción de colágeno y elastina.A esta edad, los expertos recomiendan usar cremas con retinol y regeneradores emolientes además de técnicas de rejuvenecimiento no invasivo como el ácido hialurónico, los neuromoduladores y los sistemas de luz tipo IPL para eliminar los daños producidos por la radiación ultravioleta.
A partir de los 50, la piel se vuelve mucho menos elástica y más seca y fina, por lo que pueden aparecer también telangiectasias o vasos capilares finos visibles y cambios pigmentarios. Lo importante es usar ácido hialurónico, antioxidantes, productos con retinol y limpiezas suaves que mejoren el aspecto de la piel, hábitos que recientemente se han combinado con exososmas para mejorar el aspecto y revitalizar las pieles envejecidas.