Estirarse en la cama no solo tiene beneficios a nivel corporal, sino que también los tiene a nivel mental.
Facilita que la circulación sanguínea llegue antes a los músculos y aumenta la flexibilidad de las articulaciones.
Además, reduce el estrés y provoca sensación de bienestar al liberar la tensión que acumulamos mientras dormimos por las malas posturas.
Para estirarte, todas las mañanas puedes hacer círculos con las manos o subir y bajar las piernas durante unos minutos.