Si queremos estar descansados y despiertos durante el día, no hay nada mejor ni más recomendable que disfrutar de un sueño profundo y reparador. Por ello, debemos empezar, desde pequeños, a acostumbrarnos a irnos a la cama, no demasiado tarde, y a dormir entre ocho y diez horas diarias, según vayamos creciendo.
Dormir bien también contribuye a evitar enfermedades, aumenta la reparación de células o tejidos dañados, y previene casos de enfermedades cardiovasculares, diabetes u obesidad.