El CGE (Consejo General de Enfermería) advierte de que aunque el acné se relaciona con la adolescencia, esta enfermedad se puede manifestar a cualquier edad. De hecho, esta afección se enmarca dentro de las patologías inflamatorias cutáneas con más prevalencia entre la población. Un estudio publicado por la Academia Europea de Dermatología y Venereología (EADV) destacó que casi el 70% de los adolescentes lo padecen, así como el 30% de las mujeres y el 7% de los hombres con más de 25 años.
A pesar de su alta prevalencia en la pubertad y adolescencia, puede afectar en distintas edades, incluso también en el periodo prenatal. Por ello, las enfermeras señalaron en el webinar que el acné no solo afecta en lo físico, dejando marcas en la piel que pueden durar toda la vida si no se realiza un correcto tratamiento. Además, lleva consigo un importante estigma asociado, afectando a la salud emocional y psicológica de los pacientes, pues tiene un profundo impacto en cómo se percibe a los individuos que lo padecen en entornos sociales. La afectación emocional de quienes tienen acné o de aquellos que lo han superado es tan fuerte que, en ocasiones, puede derivar en importantes problemas relacionados con la salud mental, como es la depresión.
Cuidados
En este sentido, la presidenta de Isfos, Pilar Fernández, aseguró que “las enfermeras, como profesionales más cercanos a los pacientes, tenemos la obligación de informar y formar a las personas en todas las cuestiones vinculadas a su salud, prestando especial atención a la adecuación de esos cuidados en todas las etapas de la vida y en todas las edades de la misma”. “En concreto, su labor en el cuidado de la piel, que es en muchos casos desconocido por la población, quienes le restan importancia sin tener en cuenta las graves consecuencias y el alto impacto que puede llegar a tener un inadecuado cuidado, especialmente en el tratamiento del acné, donde un autocuidado erróneo puede dejar marcas y huellas que deriven en otras enfermedades de especial gravedad”, añadió.
El acné es una enfermedad de la glándula pilosebácea que se caracteriza por un exceso de producción de grasa, una obstrucción folicular y una presencia bacteriana que juega un papel fundamental en esta patología inflamatoria. Las expertas insistieron en que el acné puede afectar a ambos sexos en diferentes edades de la vida. “El adolescente puede llegar a unas frecuencias de un 70% o incluso más porcentaje de afectación. Es cierto que, aunque va disminuyendo con la edad, el acné en la mujer adulta presenta unos porcentajes también muy altos.
Abordaje y tratamientos
Es importante recalcar que el acné no se produce por una falta de higiene en las diferentes zonas corporales donde puede manifestarse. A este respecto, la enfermera de Dermatología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, en Madrid, Carolina Lázaro, remarcó que “es crucial explicar que hay que tener una correcta higiene dos veces al día, por la mañana y por la noche, sin realizar una fricción excesiva para no conseguir un efecto contrario al deseado”. Para tratar el problema del acné, agregó, “al paciente hay que educarle y concienciarle sobre los correctos cuidados que debe seguir con el objetivo de empoderarle y así obtener los resultados esperados”. Por lo tanto, el abordaje enfermero en el cuidado del acné es muy amplio.
No solo hacen promoción de la salud, sino también educan al paciente para potenciar el autocuidado y hacerle partícipe, protagonista y autónomo en los mismos. “Una vez diagnosticado, el paciente acude a la consulta enfermera para afianzar los conocimientos sobre el tratamiento pautado. En ocasiones los pacientes salen atorados de las consultas y no saben qué pasos seguir. Las enfermeras les dejamos que se expresen, que planteen sus dudas y comenzamos el abordaje. Corregimos pautas, hábitos de limpieza, les aconsejamos sobre los mejores productos que pueden usar…”, concretó la experta.