Las infecciones de transmisión sexual (ITS) se contraen al mantener relaciones íntimas y pueden ser causadas por hongos, bacterias, parásitos o virus. Los datos publicados en 2024 muestran que, en la época de verano, los casos de gonorrea aumentaron un 48%, los de sífilis un 34% y los de clamidia un 16%.
Las ITS afectan tanto a la salud sexual como a la salud reproductiva, y, en caso de no curarse, pueden llegar a convertirse en una ETS. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ITS pueden provocar esterilidad, cáncer y complicaciones en el embarazo y aumentar el riesgo de tener VIH. El problema es que, en muchas ocasiones, las ITS son asintomáticas, por lo que no se tratan, y es en esos casos en los que se puede convertir en ETS, explica Marina González, ginecóloga responsable de la Clínica de Reproducción Asistida Ginemed Bilbao.
Marina González recomienda realizar prácticas sexuales seguras, empleando preservativos, tanto masculinos como femeninos o protectores bucales, que haya comunicación entre la pareja sobre el estado de salud y realizarse chequeos médicos periódicos. La doctora también recuerda que, tras haberse infectado, la reinfección es frecuente incluso después de un tratamiento eficaz, por lo que es recomendable seguir tomando precauciones.
Cómo afecta a mujeres y hombres
En el caso de las mujeres contagiarse de una infección como clamidia o gonorrea pueden generar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), que afecta a varias partes del aparato reproductor femenino, como las trompas de Falopio, los ovarios el útero, y, en algunos casos, a los ligamentos cercanos.
Los hombres que contraen una ITS también pueden ver perjudicado su aparato reproductor, porque puede generar problemas en la uretra e inflamación de los testículos, la próstata y el epidídimo, todo esto puede afectar al líquido seminal.
En caso de sospechar que puedes estar contagiado de alguna ITS o ETS es importante acudir al ginecólogo para un diagnóstico precoz.