Si comes en casa y con un menú que hayas creado tú mismo, escogerás de forma más consciente los ingredientes de cada plato. Por lo que tendrás un control real de lo que consumes y podrás reducir la cantidad de azúcar, grasas y sal de tus platos.
Además, cocinando conseguirás adoptar mejores hábitos alimenticios y esta será una buena oportunidad para enseñar hábitos saludables a los más pequeños.