Una dieta equilibrada está llena de ventajas, pero ¿cuáles pueden ser sus principios básicos? Desde El Estirón os proponemos algunos consejos para cambiar costumbres de nuestro sía a día y conseguir así acercarnos al equilibrio dietético y mejorar en gran medida nuestro estilo de vida.
Apostar por lo integral: Conviene incluir productos integrales en las distintas comidas del día, desde el pan a las galletas de la merienda o los tentempiés para matar el gusanillo a la hora del aperitivo. Los beneficios sobre el tránsito intestinal, sus efectos sobre la saciedad o los estudios que les confieren efectos protectores para el corazón y el sistema digestivo, avalan dejar atrás las harinas blancas.
Fruta y verdura: Aunque puede parecer difícil llegar a las cinco porciones al día recomendadas por las autoridades sanitarias, a mayor consumo mayor recarga de energía y vitalidad en el día a día.
Beber más agua: Además de ayudar al organismo a liberarse de las toxinas, el agua contribuye a realizar una digestión adecuada. La hidratación ayuda a que cada célula del organismo funcione de forma adecuada.
Seleccionar las grasas: La grasa es esencial para el cuerpo humano pero hay que seleccionar aquellas más saludables y decir no a las que contaminan los tejidos. Reducir el llamado colesterol malo es más fácil si se crean nuevos hábitos como tomar frutos secos, que aportan grasas muy saludables al organismo; sustituir grasas animales por vegetales como optar por el aguacate en vez del queso en las ensaladas; o dejar de tomar leche entera y optar por la versión desnatada. El aporte calórico puede ser el mismo, pero alimentos como estos tienen un mayor valor nutritivo.
Cuidar las raciones: Ya sea para perder algo de peso o controlar el colesterol o la diabetes, la cantidad de comida en el plato es uno de los factores clave a tener en cuenta. El truco de utilizar platos pequeños para comer, tomar agua durante las comidas o consumir productos integrales pueden ayudar a equilibrar el apetito.