El desayuno es la primera comida del día y, por tanto, la más importante; puesto que es la encargada de activar nuestro organismo después de pasar todas las horas de sueño sin ingerir ningún tipo de alimentación.
Para ello es esencial pensar en todos los nutrientes que necesitaremos para afrontar la jornada de la mejor forma posible. Algo que pasa por prepararnos el desayuno más completo que podamos, y que no se base tan solo en un vaso de leche o café, con alguna galleta.
Para empezar, es importante añadir fibra a nuestros desayunos a través, por ejemplo, de cereales que se encarguen de facilitar la absorción de nutrientes para nuestro organismo. Pero también es esencial contar con una dieta rica en proteínas, que supondrá importantes ventajas y beneficios para el resto del día.
Por una parte, las proteínas del desayuno nos ayudarán a preservar nuestra masa muscular, pero por otro, suponen un importante incremento de nuestra concentración mental; algo que puede ser de mucha utilidad en largas jornadas de estudio o de trabajos que requieran de un gran esfuerzo mental.
Esto se debe a que, al añadir una fuente de proteínas a nuestro desayuno, lograremos mantener nuestros niveles de glucosa en sangre mucho más estables. Por todo ello, los yogures, huevos, o distintos tipos de embutido y pan, son alimentos que pueden ayudarnos a empezar el día de mejor forma.