Todo tipo de estudios e instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) centran una de sus principales recomendaciones en la inclusión en la dieta diaria de frutas y verduras. Aunque puede variar, la cantidad aconsejada de consumo suele situarse en tres piezas de verdura y dos de fruta, cada día.
Sin embargo, en muchas ocasiones lograr comer esta cantidad de hortalizas puede presentar más de una dificultad. En general, la falta de tiempo suele ser el obstáculo principal para decantarnos por platos que requieran una menor preparación. Pero, a la hora de tratar con menores, ese desequilibrio en el consumo de vegetales puede deberse a otros factores.
Algunos de los consejos para facilitar el consumo de fruta y verdura a cualquier edad pasan por incorporar estos alimentos siempre que sea posible a nuestras cenas y comidas en forma de guarnición, entrante o primer plato. Pero también podemos incluirlas o combinarlas con otras comidas diarias, como las meriendas o pequeños picoteos a través de batidos, ensaladas fáciles de preparar, palitos de zanahoria o apio, etc.
Si tratamos con los más pequeños lo más recomendable para el consumo de hortalizas consiste en predicar con el ejemplo. Todo se basa en la educación. Por ello, si los menores nos ven comer, y disfrutar del consumo de verduras y frutas, acabarán adoptando también su consumo de forma natural.
Además, esta normalización a la hora de comer vegetales también puede lograrse si hacemos partícipes a nuestros hijos de las compras y la elección de los platos a cocinar. Con respecto al último punto, otro truco pasa por incluir hortalizas en sus platos preferidos; por ejemplo, añadir verduras a una pizza.
Por último, para que los más pequeños disfruten comiendo fruta y verdura, lo más recomendable es no forzarles o presionarles a ello y, por supuesto, no utilizar este consumo como un castigo.