Un programa educacional de pérdida de peso basado en vídeos con un seguimiento de 12 meses, resultó eficaz para tratar la obesidad de niños y adolescentes. Los participantes bajaron de peso y mejoraron su salud metabólica, según una investigación presentada en la 60ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica.
El programa educativo de múltiples componentes abordó la elección de alimentos, las cantidades de comida y la actividad física durante 12 meses de restricciones de bloqueo COVID-19 en Alemania.
Los participantes no sólo perdieron peso, sino que además mostraron mejoras en otras medidas de su salud metabólica y su comportamiento dietético, lo que contribuye a una mejor calidad de vida con un menor riesgo de problemas de salud graves en el futuro.
La obesidad se considera una epidemia mundial que va en aumento y que a su vez está relacionada con múltiples problemas de salud a largo plazo, como la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardíacas, además de suponer una creciente carga económica y asistencial para los servicios sanitarios.
En el caso de niños y adolescentes con obesidad, existe un riesgo adicional de problemas psicológicos relacionado con el estigma del sobrepeso.
Se sabe que la incidencia del sobrepeso y la obesidad en los niños es multifactorial, pero en la mayoría de los casos, los programas educativos holísticos y centrados en la familia pueden tener un efecto beneficioso en la salud de los niños.
Estos programas educativos suelen tratarse de una atención ambulatoria a largo plazo mediante la asistencia a sesiones periódicas diseñadas para orientar los cambios en la nutrición y la actividad física, además de proporcionar asesoramiento psicológico a los niños y sus familias.
Las restricciones impuestas durante la pandemia de COVID-19 plantearon nuevos retos para el tratamiento de los pacientes con obesidad y exigieron un nuevo enfoque.
¿En qué consiste el programa?
En este estudio, el doctor Felix Reschke y sus colegas investigaron la eficacia de un programa de pérdida de peso basado en vídeos en un grupo de 108 niños y adolescentes con obesidad (de 8 a 17 años) durante 12 meses.
Este programa integral incluía seminarios y talleres educativos sobre la elección de alimentos, la cocina y el control de las porciones, junto con sesiones sobre temas más difíciles, como la alimentación emocional y las consecuencias de la obesidad para la salud.
Y se complementó el contenido educativo con sesiones de cocina en directo,un boletín semanal con consejos y actualizaciones de actualidad e incluso un espectáculo de danza en directo.
Hacia la mitad del programa, los padres compitieron contra los niños en un concurso en directo, en el que se evaluaron sus conocimientos sobre los temas tratados, y ganaron los niños.
Los resultados del estudio
Al final de los 12 meses del periodo de estudio, la mayoría de los participantes mostraron mejoras en su salud metabólica, incluyendo un menor índice de masa corporal, una disminución de los niveles de lípidos en sangre y una reducción de los factores relacionados con la resistencia a la insulina.
Los participantes también eligieron mejor los alimentos, reduciendo las porciones y los tentempiés.
Tratar con éxito la obesidad infantil es un trabajo difícil, pero el doctor Reschke comenta que “hemos demostrado que se puede ayudar a los adolescentes con obesidad preexistente mediante un entrenamiento basado en vídeos.”
Y añade que los participantes mostraron mejoras en sus elecciones dietéticas, el control del apetito y el tamaño de las porciones, “lo que se reflejó en mejores medidas de su salud metabólica y su calidad de vida”.
El investigador admite que estos datos proceden de un pequeño grupo en un único centro, “por lo que es imprescindible repetir estos resultados en grupos más grandes y asegurarse de que estos éxitos puedan mantenerse, especialmente fuera de las restricciones de la pandemia”.
Estos resultados confirman y amplían un pequeño estudio que el equipo publicó tras el primer confinamiento de Covid-19.
Ahora quieren investigar estos resultados positivos probando el programa de formación basado en vídeos, con padres de niños de jardín de infancia con sobrepeso y evaluar si se puede prevenir el desarrollo de la obesidad, mediante una intervención educativa más temprana.
El doctor Reschke añade que sus resultados “son muy esperanzadores” pues este enfoque es un modelo útil y rentable para tratar la obesidad en los niños. Eliminando la necesidad del contacto regular presencial, lo que puede beneficiar “a quienes tienen dificultades para acudir a las citas”.
Reconoce que aunque no se debe aumentar innecesariamente el tiempo de pantalla al que se exponen los niños, también concluye afirmando que los datos del estudio “sugieren que este enfoque merece la pena”.