Los niños deben comer, al menos, tres raciones de fruta al día. ¿Y si en una de esas raciones incluimos alguna fruta tropical como la piña o la papaya? Estas dos frutas son muy ricas en vitaminas y fibras y, además, tienen muy pocas calorías.
La piña, procedente de Brasil, facilita el proceso de digestión de las proteínas gracias a que contiene una enzima llamada Bromelina. Además, contiene una gran cantidad de agua, minerales como el hierro, el magnesio y el zinc y es rica en vitaminas A, B y, sobre todo, vitamina C.
Gracias a estos nutrientes, constituye una fuente de antioxidantes naturales y tiene efectos antiinflamatorios. También, favorece la absorción de los azúcares y evita el aumento de insulina en sangre.
La papaya, por su parte, es originaria de América y fue descubierta por los mayas. El 90% de su composición es agua y posee muchas vitaminas como A, B, D y C. Con solo 100 gramos de esta fruta, los niños pueden cumplir con los requerimientos diarios de vitamina C.
Pero no solo esto, sino que también es rica en minerales como el calcio, el magnesio y el potasio y, al igual que la piña, es muy digestiva debido a su enzima papaína.
Puedes ofrecérsela a los peques de muchas formas distintas. Preparad juntos una saludable ensañada con trozos de piña o papaya, o una brocheta en la que predominen estas frutas tropicales. Incluso en estofados, la papaya puede ser un ingrediente estrella. ¡A comer!