El estudio se elaboró con el objetivo de comprender las posibles asociaciones entre el estrés, la angustia psicológica, las dificultades económicas y los cambios en los comportamientos alimentarios durante los meses de la pandemia, mediante el análisis de datos cualitativos y cuantitativos.
Las principales conclusiones del estudio revelaron seis temas clave de cambios en el comportamiento alimentario: comer sin sentido y picar; aumento del consumo de alimentos; diminución del apetito o la ingesta alimentaria; comer para hacer frente a la situación: reducción de la ingesta dietética y aumento de los síntomas de los trastornos alimentarios.
El 8% de las personas estudiadas informaron de conductas extremas de control de un peso no saludable, el 53% tuvo conductas menos extremas y el 14% informó de atracones.
El informe reveló que estas conductas estuvieron relacionadas con una peor gestión del estrés, más síntomas depresivos y problemas económicos.
Los hallazgos del estudio sugieren que las dificultades económicas pueden estar relacionadas con comportamientos alimentarios desordenados. Los autores consideran que es esencial que los tratamientos para los trastornos alimentarios sean asequibles.