Son muchos los estudios que han relacionado el ejercicio físico con una menor presencia de depresión en adultos. Pero, ¿qué ocurren en el caso de los niños?
Los niños que practican deporte o actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa son menos propensos a sufrir depresión en un futuro, según un novedoso estudio realizado por investigadores de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología y publicado en la revista 'Pediatrics'.
El estudio 'Actividad física, comportamiento sedentario y síntomas de depresión mayor en la niñez inmediata' tiene la particularidad de ser el primero que se centra en la actividad física y la depresión en niños.
En la investigación han participado 800 niños de seis años, de los cuales han examinado a 700 cuando contaban con una edad entre 8 y 10 años. Los niños físicamente activos con seis y ocho años de edad muestran menos síntomas de depresión cuando son examinados años después.
Una vida activa en los niños, en contacto con el aire libre y la naturaleza, es saludable tanto desde el punto de vista físico como anímico, porque les ayuda a canalizar las emociones negativas.
"Ser activo, sudar y montar jaleo ofrece algo más que meros beneficios físicos. También protege contra la depresión", declaró Tonje Zahl, autora principal del estudio.
El deporte puede suponer una herramienta para reducir el riesgo de padecer depresión. Sin embargo, hay que estar atentos para detectar cualquier cambio en la conducta que indique que el niño necesita atención psicológica. La prevención es un factor fundamental.
La tristeza, la hiperactividad, los celos, el déficit de atención o los problemas de sueño pueden ser indicadores de que el niño necesita ayuda para gestionar sus emociones.