Para mantener la dieta mediterránea es necesario empezar desde pequeños. Para conseguirlo, el consumo de lácteos durante el crecimiento es fundamental, además de los beneficios que supone incorporar de alimentos vegetales y fruta en la dieta de los niños.

Pero no solo la comida afecta a la dieta mediteránea, sino que también es necesario acompañarla de ejercicio físico y una buena conversación durante las comidas.

Desde el ministerio de Agricultura, Alimentación y Deporte fomentan el consumo de esta dieta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco. Para ello, realizan campañas como "Mediterraneamos 2016" para alumnos de primaria y secundaria, que ya ha calado en unos 700.000 escolares en toda España.