Como cada 17 de marzo, celebramos el Día Mundial del Sueño y por este motivo queremos recordar los beneficios de dormir para los niños. Y es que la hora de irse a la cama de los pequeños "se ha retrasado en 30 minutos desde 1985", según ha destacado Diego García Borreguero, director del Instituto de Investigación del Sueño.
Dormir es clave para las funciones fisiológicas y psicológicas como el crecimiento, el aprendizaje o la consolidación de la memoria. Los niños que duermen menos de las diez horas recomendadas por los expertos pueden padecer problemas como la falta de concentración, puesto que el cansancio impide que las funciones cerebrales funcionen de forma óptima.
Esto se convierte en un "círculo vicioso", porque si no se concentran, no participan en clase, entonces sacarán malas notas y se desmotivarán.
Otra consecuencia de dormir poco es el estrés de los más pequeños que provoca que no hagan frente "de manera óptima" a las demandas que llegan del cole y les puede ocasionar faltas de memoria que repercuten en sus estudios.
Además, no descansar favorece el exceso de peso y sintomatologías neurológicas como el dolor de cabeza, que pueden repercutir en el inicio del absentismo escolar.
Para evitar problemas en el descanso, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de hábitos antes y durante el sueño de los niños. Así, por ejemplo, recomiendan la lectura antes de irse a dormir, la rutina tanto de día como de noche, controlar el uso de pantallas antes de ir a la cama, disponer de un ambiente adecuado para dormir sin ruido ni luces y con una temperatura agradable, evitar largas siestas en horas próximas a ir a la cama y reducir el consumo de bebidas estimulantes y de dulces.
Y, sobre todo, los peques deben ir a dormir a la hora adecuada y no quedarse despiertos hasta tarde. En definitiva, tienen que descansar.