Los llamados cortes de digestión no son un problema digestivo, ya que no se "corta" la digestión por tirarse al agua fría, sino por los cambios bruscos de temperatura, también llamados hidrocución.
Tras una exposición al sol cuando hace mucho calor, o justo después de hacer deporte de forma intensa, pueden ocurrir estos problemas.
La digestión va a seguir su curso nos metamos o no en el agua, por tanto, no hay que esperar esas dos horas que toda la vida nos han recomendado después de comer. Eso sí, lo que no hay que hacer es exponerse al sol y meterse muy rápido al agua fría.
Los expertos señalan que al acabar de comer el organismo prioriza que la sangre vaya a los intestinos, pero si pasa algo, es cuando tiene lugar el síndrome. Por ello se aconseja que, cuando empiece a notarse un mareo o desvanecimiento tras entrar en contacto con el agua, lo mejor es ser prudente y salir rápidamente.
Además, los médicos afirman que hay que entrar en el agua de forma progresiva, especialmente si está muy fría, para que el organismo se acostumbre al cambio de temperatura, sobre todo si hace mucho calor o si se ha estado mucho tiempo al sol.
En caso de que tu niño empiece a sufrir los síntomas del corte de digestión conviene sacarlo de la piscina, cubrirlo del sol y llamar al 112.