Los niños finlandeses son reconocidos, no solo por tene un sistema educativo brillante, sino también por contar con la mejor condición física de Europa. El país nórdico no se "conforma" con los 60 minutos mínimos de ejercicio físico recomendado por la OMS, sino que quieren ir más allá y acabar con la obesidad infantil.

Ya en los años 40, Finlandia fue uno de los pioneros en la creación de clínicas infantiles enfocadas principalmente al desarrollo físico y el balance nutricional.

A partir de los 70, el gobierno finlandés introdujo un programa de salud específico para hacer frente a uno de los peores índices de muertes relacionadas con problemas de corazón en el mundo. Entre sus medidas, destacaba la de pesar anualmente a los alumnos en los colegios, así la información quedaba almacenada en sus archivos escolares.

Más tarde, el Consejo Nacional de Nutrición promovió a los centros educativos, no solo a proporcionar comidas gratis, sino también a que los alimentos tuviesen un buen contenido nutricional.

La última medida que han introducido consiste en instaurar que los peques realicen, al menos, tres horas al día de actividad física, en la que se incluyen también a niños de 8 años o menos. Esta iniciativa impulsa a los padres a motivar a los hijos en pasatiempos e intereses que requieran ejercicio físico.

La ministra de Educación y Cultura, Sanni Grahn-Laasonen, cree que la actividad física contribuye a los resultados académicos que logra el país. "Cuando los niños se ejercitan juntos, ellos desarrollan habilidades de interacción y conectan más socialmente, además de ser también saludable", ha destacado en entrevistas con medios locales.

El modelo finlandés puede servir de ejemplo para la puesta en marcha de nuevas medidas en el resto de países del mundo, que ayuden a paliar la obesidad infantil.