La implantación de dispositivos portátiles, como móviles o tabletas, en la vida de los niños es cada vez mayor. Los pequeños pueden aprender, jugar y comunicarse a través de ellos pero es aconsejable que, aunque los usen durante el día, lo apaguen antes de dormir.
Hoy en día, el 72% de los niños y el 89% de adolescentes tienen al menos un dispositivo en su entorno de sueño y la mayoría lo utilizan cerca de la hora de acostarse.
Un estudio de la Universidad de Cardiff, en Reino Unido, ha demostrado que los niños que utilizan dispositivos con pantallas antes de acostarse, tienen el doble de riesgo de dormir un tiempo menor. Los móviles o tabletas que utilizan los niños pueden afectar de forma negativa al sueño, al poder retrasarlo o interrumpirlo. Además, estimulan el cerebro y afectan al estado de alerta.
El análisis se ha realizado con 20 estudios que han implicado a más de 120.000 niños. Los resultados han mostrado que la calidad de sueño y la somnolencia diurna se ven afectadas en niños que usan estos medios momentos antes de dormir.
Los trastornos del sueño conducen a consecuencias posteriores más graves para la salud física y mental. Por ello, aunque los medios móviles pueden ser beneficiosos en muchos aspectos, es conveniente que los niños no los usen antes de ir a la cama.