La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), nos aportan su principal lista de hortalizas y frutas de enero, con las que diseñar nuestros menús para ponernos las pilas con el nuevo Año, y bajar esos kilos de más que hemos cogido en Navidades, o bien reeducar nuestro paladar tras los excesos cometidos.
Las hortalizas y verduras de temporada
En primer lugar, destaca la acelga, el ajo, el apio, y la alcachofa; la berenjena, el brócoli, el calabacín y la calabaza; la cebolla, la coliflor, la espinaca, y la escarola; la endibia, el guisante, el haba, y la lechuga; la lombarda, el nabo, el pepino y el pimiento; el puerro; el rábano; el repollo y el tomate; y por último la zanahoria.
Las frutas de temporada
Sobre las frutas de enero, valora que están llenas de antioxidantes" como las vitaminas y los minerales y menciona en primer lugar al aguacate, al caqui, a la chirimoya, a la frambuesa, al fresón, al kiwi, al limón, a la mandarina, a la manzana, a la naranja, a la pera, al plátano, y al pomelo.
Desde la Fundación Dieta Mediterránea resaltan que las frutas y hortalizas representan una importante fuente de hidratación para nuestro cuerpo, al aportar gran cantidad de agua, a la vez que representan la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta.
"Es fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario. Gracias a su contenido elevado en antioxidantes y en fibra pueden contribuir a prevenir, entre otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer”, remarca.
Por último, desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) resaltan la necesidad de primar en nuestra cesta de la compra y en nuestros menús los productos de temporada, pero también de proximidad, no sólo porque pueden resultar más económicos para nuestro bolsillo, sino porque también cuidamos el planeta, entre otras razones.
Con alimentos de temporada el precio será menor y, además, los alimentos recogidos en su estado óptimo de maduración son los que nos aportarán una mayor cantidad de nutrientes. Es interesante mencionar que almacenar unas manzanas entre 5 y 9 meses supone un aumento del 8-16% de las necesidades de energía", recuerda esta institución.
"Las frutas y hortalizas de origen local mantienen mejor algunos de sus contenidos nutricionales, ya que se perderán menos nutrientes desde que el producto se cosecha hasta que llega al consumidor", subraya.