Como subraya Nathalie Issachar, experta del grupo Clarins, los efectos del sol se dividen en varios grupos, tanto a corto, como a largo plazo.
Entre los efectos a corto plazo destaca el enrojecimiento de nuestra piel. Esto derivará en su envejecimiento, si la sometemos a exposiciones prolongadas a los rayos solares, y, en último lugar, podría ser la principal causa de cáncer en la piel.
La mejor forma de evitar estos daños se encuentra en un uso constante de cremas y protectores solares. Sobre todo, siempre que se prevea una larga jornada ante un cielo descubierto o en entornos abiertos con altas temperaturas. Además, la experta recuerda que los efectos protectores de estos productos desaparecen después de cierto tiempo, por lo que es recomendable volver a aplicarlos, al menos, cada dos horas.
Otro de los consejos que brinda la Directora de Investigación y Desarrollo de Clarins, en materia de protectores solares, se centra en desechar las cremas que no se hayan gastado, antes de reservarlas para la próxima temporada de altas temperaturas. Ya que, pasado un tiempo, este tipo de protectores pierden su efecto ante la incisión del sol en nuestra piel.