Tener que cambiar de forma tan drástica nuestros hábitos diarios, así como nuestro estilo de vida a causa del confinamiento, puede afectarnos más de lo que podríamos creer. De hecho, con el paso del tiempo, y una situación que todavía va a mantenerse, podemos empezar a experimentar mayores niveles de ansiedad, a estar más estresados, e incluso podemos sufrir una depresión más fácilmente.
Por ello, es muy importante que nos preocupemos no solo de nuestra salud física, sino también mental. Para mejorar nuestro estado anímico, la principal recomendación de todos los expertos se centra en intentar adaptar nuestros horarios y ritmos diarios, a los que teníamos antes de que comenzara la cuarentena.
Sin embargo, también es recomendable intentar seguir de forma, algo más estricta, esta nueva planificación. Es decir, intenta levantarte siempre a la misma hora, dúchate, arréglate y vístete como si te estuvieras preparando para salir a la calle.
No obstante, lo principal en estas circunstancias es evitar sobreinformarnos. Por ello, es aconsejable que nos quedemos solo con los datos positivos, y que intentemos estar atentos a la información que nos llega, en dosis que podamos asimilar.
En este caso, de la misma forma que se recomienda buscar la información más optimista, también se aconseja trasladar este punto a nuestras conversaciones y a la forma en que interactuemos con los demás. Así, podremos distraernos y disfrutar más de nuestras conversaciones con otros.
Por último, si vemos que nuestra condición anímica empieza a empeorar, sería necesario contactar con algún profesional para que nos aconseje de la mejor manera, o nos ayude a sobrellevar la situación.