Practicar deporte es una de las mejores formas de mantener activo nuestro cerebro. Como adelantan los especialistas, cualquier actividad deportiva lleva a la formación de neuronas en el hipocampo y, por tanto, a una gran mejora de nuestra memoria y de nuestra capacidad de aprendizaje.
En periodos festivos y vacaciones solemos relajar nuestra actividad física, algo que se suma a la media que señala que el 40% de la población española lleva un estilo de vida sedentario. Para mejorar estos datos, asociaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de realizar ejercicio físico moderado durante 150 minutos a la semana. No obstante, en el caso de menores de 17 años, lo aconsejable se sitúa alrededor de los 60 minutos semanales.
Además de prevenir el riesgo de todo tipo de enfermedades cardiovasculares y retrasar la aparición de enfermedades neurodegenerativas, practicar deporte es también una de las mejores formas de rehabilitación.
Por una parte, las prácticas deportivas ayudan a personas con esclerosis múltiple a reducir su fatiga, así como a mejorar su capacidad de marcha y su calidad de vida. Pero también es aconsejable para personas que padezcan epilepsia y otras patologías similares. En este caso, los deportes de equipo o de raqueta, como el fútbol o el tenis permitirán a los pacientes estar rodeados de personas, en caso de sufrir un período de crisis.
En lo que respecta a personas con Parkinson o Alzheimer, actividades como yoga, baile o ejercicios aeróbicos mejoran el control motor, la marcha y el equilibrio; y retrasan los síntomas de deterioro cognitivo.
Además, hacer deporte es una de las mejores maneras de evitar problemas y dolores musculares, por ejemplo, en la espalda. Si se sufren molestias musculares, una de la recomendación más extendida entre los expertos suele pasar por realizar ejercicio de forma moderada antes que un reposo absoluto.