En concreto, la sustitución del consumo de cereales por quinoa mitiga los picos de glucosa en sangre tras las comidas. Estos picos de glucemia tras las comidas son determinantes en la evolución de la diabetes tipo 2.
La quinoa es un pseudocereal de origen andino y tiene un alto nutricional. Aporta vitaminas E, C y del grupo B, así como en minerales como el calcio, el hierro o el magnesio.
También es una buena fuente de carbohidratos complejos y de fibra, y contiene una alta concentración proteica con todos los aminoácidos esenciales, que son los que se deben incorporar a través de la dieta.
Debido a este valor nutricional, surgieron hipótesis que el consumo de quinoa podría ser beneficioso respecto a ciertas enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2. Sin embargo, no existía ningún estudio científico que avalara estos supuestos beneficios para la salud.
Tan solo algunos estudios recientes con ratones habían observado que un tipo de micronutrientes presentes en la quinoa (los polifenoles), podían tener un efecto positivo para reducir la glucosa en sangre.
La diabetes tipo 2 se caracteriza, justo, por un incremento de los niveles de glucosa en sangre tras ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono, debido a la falta de producción o detección de la insulina secretada por el páncreas.
Por ello, la profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Diana Díaz Rizzolo, y su equipo quisieron comprobar qué pasaba si eliminaban de la dieta otros alimentos ricos en hidratos de carbono capaces de provocar un aumento más rápido de la concentración de glucosa en sangre y los sustituían por quinoa y alimentos hechos a partir de este pseudocereal.
Querían comprobar si esta sustitución podía tener un impacto positivo en la prevención de la diabetes tipo 2 en personas con un alto riesgo de desarrollar la enfermedad.
Hay que tener presente que la diabetes tipo 2 va precedida de un estado previo denominado prediabetes, en el que, si se actúa, todavía puede prevenirse la enfermedad.
"Un 70 por ciento de las personas que se encuentran en un estado de prediabetes acabarán desarrollando la enfermedad" , destaca la doctora D íaz Rizzolo.
Con la edad aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
Los investigadores reclutaron a personas mayores de 65 años en estado de prediabetes. La edad es por sí misma un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad, que puede iniciarse, de forma silenciosa, diez años antes del diagnóstico.
Los investigadores monitorizaron los niveles de glucosa en sangre de los voluntarios las 24 horas del día durante un mes por medio de un sensor que les colocaron. Y les pidieron que registraran lo que comían. Así, pudieron comprobar cómo oscilaban los niveles de glucosa en sangre tras cada comida.
Pasado el mes, sustituyeron los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (como cereales, legumbres, tubérculos y pasta) por quinoa y alimentos hechos a partir de harinas de este pseudocereal. Registraron un mes más cómo fluctuaban los niveles de glucosa en sangre de los voluntarios a lo largo del día.
Al comparar los patrones de la glucosa en sangre de los participantes de ambos meses quedó demostrado que el pico de glucosa en sangre tras las comidas con quinoa era menor al de la dieta sin quinoa.
"Esto es crucial, porque estos picos de glucemia después de comer son determinantes en la evolución de la diabetes tipo 2", resume la investigadora de la UOC.
"La quinoa contiene un elevado contenido de grasas insaturadas, de antioxidantes y de polifenoles, con claros beneficios cardiovasculares", apunta Díaz Rizzolo.
Este pseudocereal también tiene unos niveles elevados de betaína, un compuesto capaz de controlar los niveles de homocisteína y evitar la aparición de enfermedad coronaria.