La American College of Cardiology (ACC), en Delhi (India) ha llegado a la conclusión de que consumir una cantidad superior a 400mg de cafeína al día la mayoría de días de la semana puede aumentar la susceptibilidad a las enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que su consumo habitual puede alterar el sistema parasimpático y elevar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, como ha explicado la autora principal del estudio, Nency Kagathara.

En concreto, 400 gramos de cafeína al día se corresponde más o menos con la ingesta de unas cuatro tazas de café, diez latas de refresco o dos bebidas energéticas.

El estudio

Para realizar el análisis se estableció que el consumo crónico de cafeína es la ingesta durante más de un año de bebidas con cafeína cinco días a la semana. En concreto el estudio se ha centrado en el café, té y bebidas gaseosas que contienen cafeína.

Café
Café | Pixabay

El análisis se realizó sobre 92 personas entre 18 y 45 años que eran normotensos y estaban sanos. A cada participante se le sometió a una prueba de pasos y se le midió la presión arterial y el pulso, estos últimos se midieron al minuto y a los cinco minutos de la prueba.

De los participantes del estudio consumían más de 400mg de cafeína diaria un 19,6%, y las mujeres eran las que más cafeína consumían a diario, al igual que la ingesta era mayor en empleados en funciones empresariales y directivas y en residentes en zonas urbanas.

Los resultados de las pruebas mostraron que el consumo elevado afectaba al sistema nervioso autónomo, porque afectaba con el tiempo a la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Aquellos que consumían más de 600 mg de cafeína al día, después de cinco minutos de descanso tras la prueba de step, presentaban frecuencias cardiacas y presión arterial bastante elevadas.

Por estos efectos en el sistema nervioso autónomo las personas sanas pueden tener riesgo de padecer hipertensión (que con el tiempo debilita el corazón y es uno de los principales factores de riesgo de cardiopatías) y otros problemas cardiovasculares y por ello es necesario concienciar sobre estos efectos negativos y así prevenir problemas, explica la autora.