1. Tomar un desayuno equilibrado: el desayuno es la comida más importante del día, y debemos aprovechar para tomar alimentos que aporten energía, como el plátano y los frutos secos. Un desayuno completo nos aportará los nutrientes necesarios para estar fuertes durante todo el día.
2. Controlar las cantidades de azúcar: los expertos recomiendan leer las etiequetas de los alimentos y descartar los que contengan sacarosa y glucosa.
3. Realizar una hora de actividad física a diario y beber abundante agua: salir a jugar al parque, ayudar con la compra, pasear al perro o montar en bicicleta son acciones cotidianas que ayudan a combartir el sedentarismo.
4. Inculcar desde la infancia una cultura saludable: los niños deben conocer los motivos por los que un alimento les conviene más que otro. Esto les dará las claves para gestionar sus menús más adelante.
5. No debemos utilizar alimentos como premio o castigo, ya que pueden asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas y verduras como malos.