Durante las últimas semanas de confinamiento se ha visto un notable aumento en la preferencia de productos frescos pertenecientes a la dieta mediterránea, por encima de otros menos saludables. Sin embargo, como observan desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN) nuestras compras también han experimentado un crecimiento en cuanto a azúcares y alimentos precocinados.
De esta forma, se demuestra que cada vez tomamos más fruta y verdura, pescado fresco, legumbres y frutos secos. Una alimentación mucho más saludable que la que se veía tras las primeras semanas de confinamiento. No obstante, a estas dietas más saludables, sobre todo durante la situación actual, se le añade un aumento en el consumo de productos que normalmente tomamos en bares y restaurantes.
Principalmente, los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) subrayan un repunte en la compra de bebidas alcohólicas como vino o cerveza, así como de refrescos y otras bebidas con altos contenidos en azúcar.
A este respecto, tanto desde el ministerio como desde la FEN recuerdan la importancia de priorizar el agua como fuente primordial de hidratación. Una bebida que además, como añaden desde esta fundación, se recomienda para todos los grupos de edad, y sobre todo, en los grupos más vulnerables.
Por otra parte, también es aconsejable moderar el consumo de bollos y otros dulces caseros y optar por tomar una pieza de fruta como postre, parte del desayuno o merienda.