Esta es una de las conclusiones de un estudio del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (Idiap Jordi Gol), que ha contado con la colaboración del Instituto Municipal de Educación del Ayuntamiento de Mataró (Barcelona) y el Instituto Catalán de la Salud (ICS).
El estudio, que ha demostrado la efectividad de una intervención educativa sobre alimentación saludable en padres y madres de niños de entre 1 y 2 años, ha durado todo un año escolar, se ha hecho en 12 guarderías de Mataró y han participado 206 niños y 195 padres y madres.
Así, las conclusiones del estudio demuestran que después del programa educativo han mejorado los hábitos alimentarios de los padres que habían asistido a los talleres formativos, con un mejor cumplimiento de la dieta mediterránea y un mayor consumo de platos saludables como frutas, verduras, pescado y aceite de oliva.
Los padres del Grupo Intervención que han recibido cinco talleres formativos sobre alimentación equilibrada, han aumentado el consumo de verduras, hortalizas, aceite de oliva y pescado, y han disminuido el consumo de mantequilla, margarina y bollería. También ha disminuido el consumo de dulces, snacks y refrescos, aunque de forma menos significativa.
El cumplimiento de la dieta mediterránea en los padres fue de un 56,4 % y de 6,5 puntos sobre un test de 14 ítems, mientras que en los niños se valoró el cumplimiento de la dieta mediterránea mediante el test Kidmed (con puntuaciones 0 a 4 como bajo cumplimiento, y de 9 a 12 como alto) y obtuvieron una puntuación de 7.
"En el caso de los niños, se ve que el cambio es menor y menos significativo", según ha explicado la investigadora del Idiap, Margarita Roset, quien ha dado "más importancia a los cambios en los padres, que son los que tienen más aspectos por mejorar.