Hasta ahora, distintos estudios relacionaban la obesidad con la pérdida parcial del gusto, sobre todo en lo referente a alimentos dulces. Un hecho que llevaría a personas con este trastorno alimenticio, a comer en exceso.
Sin embargo, gracias a una investigación con moscas de la fruta, se ha demostrado la falsedad de la afirmación anterior o, al menos, se ha desmentido parte de ella. El estudio, que pretendía estudiar los motivos detrás del exceso de consumo de alimentos, ha llegado a la conclusión de que sería el azúcar, y no la obesidad, el responsable de estos trastornos alimenticios.
Después de alimentar a las moscas con una dieta muy alta en azúcar, los autores del estudio observaron una reacción molecular en cadena, que supuso la pérdida del sentido del gusto en los insectos. Un resultado que derivaba en comer en exceso y, por tanto, en obesidad.
Por otra parte, para contrastar estos datos, se utilizaron dos grupos de moscas distintos. Primero, se alimentó a un grupo formado por moscas obesas que nunca había experimentado una dieta rica en azúcares para, a continuación, ofrecer el azúcar que puede llegar a contener una galleta, a un segundo grupo de insectos. En este caso, las moscas estaban modificadas de forma genética para evitar el almacenamiento de grasas.
Las pruebas demostraron que, mientras el primer grupo no experimentó la pérdida del gusto, el segundo sí lo hizo. No obstante, la relación entre la pérdida del sentido del gusto por parte del azúcar, con la sobrealimentación quedó patente tras la manipulación de estos insectos, para evitar la reacción en cadena que desemboca en la pérdida del gusto por el consumo excesivo del azúcar. En este caso, las moscas evitaron alimentarse en exceso, al mantener intacto el gusto.