El exceso de colesterol o hipercolesterolemia no solo afecta a los pacientes de avanzada edad. Ahora, con el cambio de hábitos en la alimentación, una vida sedentaria y el abandono de la dieta mediterránea, también perjudica a los más peques.
El exceso de coleterol es perjudical para los niños ya que provoca problemas cardiovasculares como la diabetes.
Los pediatras recomiendan que los niños no sobrepasen los 180 miligramos en sangre. Si supera esta cantidad, es necesario llevarlo al médico para analizar el tipo de colesterol, puesto que puede ser LDL o colesterol malo, que obstruye las arterias, o HDL o colesterol bueno, que protege el corazón.
Para evitar el exceso de colesterol lo más importante es tener una buena alimentación y realizar ejercicio físico diario.
Puedes dar a tu hijo alimentos como las frutas y las hortalizas que no tienen nada de colesterol y sí muchas vitaminas, del mismo modo que las legumbres.
Los cereales, ricos en fibra, ayudan a reducir la absorción de grasas y azúcares El pescado, por su parte, es rico en ácidos grasos omega 3, que aumentan el colesterol bueno y reducen el malo, al igual que los aceites vegetales. Por ello, los médicos recomiendan intentar cocinar la mayor parte de las veces con aceite de oliva, que es el más beneficioso.
A partir de los tres años, puedes empezar a darles a tus hijos productos lácteos semidesnatados y frutos secos que contienen grasas insaturadas y proteínas.
Uno de los errores más comunes es renunciar al huevo. No lo hagas, sino que intenta prepararlos de una forma sana y evitar las frituras.
También, los expertos recomiendan no abusar de las grasas animales ni de la bollería industrial, rica en grasas saturadas.
Todo esto siempre acompañado de actividad física que ayuda a equilibrar los niveles de glucosa y colesterol.