La dermatitis atópica está relacionada con la alimentación de los bebés, de hecho esta juega un papel clave en este tipo de afecciones. El eccema es uno de los primeros síntomas de alergia que surgen en la vida, la padecen 1 de cada 20 niños.
Para el Hospital de la Vall de Hebrón de Barcelona en lactantes de alto riesgo, la lactancia materna durante más de 4 meses junto con la administración de un hidrolizado de alto grado y la exclusión de alimentos sólidos durante esos mencionados cuatro a seis meses disminuye la incidencia posterior de alergia a la leche de vaca, uno de los alimentos más fuertemente asociados a la dermatitis atópica.
Alimentación y dermatitis atópica
En principio, se deben sacar de la dieta los alimentos que se creen que empeoran o producen la dermatitis (leche, huevo y pescado en los más mayores). Si el bebé solo toma leche materna y aún así tiene brotes de dermatitis es la madre la que tiene que evitar estos alimentos. Luego se verá si al eliminar estos alimentos remite y si al volver a introducirlos vuelve a aparecer.
Seis consejos prácticos:
Huir de los ácidos, así sean frutas, el tomate o el vinagre.
Reducir en nuestra dieta los alimentos muy condimentados o salados.
No comer alimentos con histamina, fresas, pescado o mariscos.
Una buena hidratación es esencial, se aconseja beber mucha agua.
Incluir en nuestra dieta frutas y verduras, (menos las ácidas) estas ayudan a que la piel se mantenga sana porque contienen minerales, vitaminas y fibra.
Cocinar con poca grasa, dentro de lo posible, a vapor.
Disminuir los alimentos grasos, como los lácteos, margarinas, mantequilla o embutidos.
Las proteínas de la leche de vaca son las que se usan en las formulas infantiles y están íntimamente relacionadas con alergias en los bebes. Por lo que se recomienda la leche de vaca hidrolizada, que es fraccionar las proteínas de la leche en otras más pequeñas.
La piel de los niños con dermatitis es sensible a cualquier estimulo, por tanto no es aconsejable hacer uso de jabones que no alteren y desengrasen la piel, tomar sol con algún tipo de protección para ello y dentro de lo posible vestirnos con tela de algodón.
Por último, se puede recurrir a suplementos alimenticios que sean beneficiosos para la piel como las vitaminas del grupo B y los minerales. Es importante que la dieta esté supervisada por un profesional.